Nunca olvidaré cuando me dijiste que me querías, que algún día nos iríamos juntos para no volver, que vendrías a verme, a estar conmigo. La noche que te llame para decirte que ya podíamos estar juntos sin engañar a nadie. Cuando nos dimos nuestro primer beso. Los reencuentros después de semanas sin vernos y las eternas despedidas en el callejón. Cuando mucho antes de todo esto me di cuenta que me querías y entonces empecé a hacerlo yo también. Todas las veces que te he colocado el pelo aunque estuviese perfecto. Las interminables llamadas de los domingos. Los "Buenos días princesa" o los "Sueña con los angelitos cielo". Los arrebatos de amor en los que nos decíamos todo lo que sentíamos sin escrúpulos. Aquellos momentos en los que la ropa sobraba y perdíamos la noción del tiempo y el espacio. Cuando decíamos que éramos perfectos el uno para el otro, que la distancia no importaba o que perderíamos la cuenta del tiempo que llevábamos juntos. Cuando esperaba el sonido del móvil para empezar a hablar contigo y ya no parar hasta irnos a dormir. Los millones de momentos en los que cualquier tontería me recordaba a ti. Cuando te mordías o torcías el labio, o sacabas la lengua justo después de vacilarme para así hacerme reír. Nuestros besos que no acababan y como tu olor se impregnaba en mi ropa, mis manos, mi pelo. El golpe de tu cabeza hacia el lado izquierdo para colocarte el pelo y apartarlo de la cara. Cuando me cogiste de la mano y empezamos a andar sin rumbo. Nuestro fin de semana en febrero. Nuestra colección de peluches. El olor de tu casa. Los cruces de miradas. Las guerras con mi pelo. MP. Y a nuestros angelitos especiales. Nuestra ultima conversación, nuestro ultimo beso. La forma en la que todo se acabó. Los miles de llantos. El tiempo que tarde en asimilarlo. El daño que todo esto me ha causado!
Ann R.
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